SARGENTO 2° FERNANDO LORES TENAZOA

PATRONO DEL INSTITUTO DE EDUCACIÓN SUPERIOR TECNOLÓGICO PÚBLICO DEL EJÉRCITO

La importancia del Sargento 2° Fernando lores Tenazoa para la historia del Ejército quedó plasmada en la Resolución Ministerial del 1 de febrero de 1977 que dio su nombre a la Escuela Técnica del Ejército. Dicha resolución dice: “En honor a la figura del héroe de Gueppi que pereció cuando en lo mejor de su juventud como signo inequívoco de su amor a la Patria y en defensa de sus sagrados intereses”

Porque Fernando Lores representaba a ese “hombre nuevo “que la Escuela Técnica debía formar en la categoría de Personal Auxiliar, para lo cual debía ser moral y físicamente preparado, técnicamente capaz y con la base suficiente para adquirirlo nuevos conocimientos. Además, había pertenecido a la plana menor de la Institución y tuvo un descollante participaron en un hecho de armas donde se inmolo defendiendo la integridad territorial.

Lores Tenazoa nació en la ciudad de Iquitos, el 27 de abril 1906 fueron sus padres Don Benito Eugenio López y Doña María Tenazoa; fue bautizado el 5 de mayo de 1912. Concluido sus Estudios primarios, en un taller de carpintería cortando y cepillando tablas, luego trabajo como actor en una compañía de comedias, actuando en la obra La comadre Remedios. En 1927 luego de una larga travesía, llegó a Lima.

Debido a su vocación de servicio a la patria, el 1 de febrero de 1928, ingresó como voluntario a las filas del Ejército, como alumno de la Escuela de Clases de Ingeniería. Su madre recordaba que su hijo siempre había expresado su anhelo de vestir el uniforme de la patria para defenderla con un fusil, y que en una de sus cartas le decía:» yo soy soldado por mi sangre, soy loretano y luchare madrecita, porque así nuestro nombre ira por las nubes. Hoy soy soldado, mañana será cabo y luego…. me haré sargento. Estamos luchando por nuestro Loreto, que nunca debe caer por los suelos».

En efecto, ingresa como voluntariado y es destinado a la Sección de Fortificaciones de la Escuela de clases, dónde se inició en la vida militar. Luego de los respectivos exámenes, en donde obtuvo la nota de 15.4, fue ascendido a cabo alumno de la Sección Ingeniería de dicha Escuela. El 2 de febrero de 1929 se presentó a las pruebas de promoción, obteniendo el promedio de 15,56, lo cual le valió para su ascenso a cabo.

Ametralladoras empleadas en la campaña contra Colombia en 1932-1933

Fernando lores era un joven de contextura fuerte, de cabellos negros, cara ovalada y De tez blanca; aproximadamente 1.63 m y pesaba 55 kg. Sus jefes lo describieron como “un gran muchacho” llamado por sus compañeros «Chueco»; siempre mostraba valentía y espíritu de cuerpo, era considerado muy nacionalista llamada profundamente su querido Loreto.

El 2 de enero de 1930, ascendió a sargento 2°, con la nota de 15,76, y el 1 de febrero fue trasladado al Batallón de “Zapadores» N° 2; en enero de 1931, es ascendido a sargento 1° y pasó a la compañía fuera de línea, produciéndose su licenciamiento el 31 de marzo de dicho año. Los años que pasa en su unidad profundizaron su nacionalismo y se identificó plenamente como soldado de la patria.

Regreso a Iquitos después de seis años de ausencia. Allí laboró en varias ocupaciones, pero su anhelo era Volver al Ejército. no obstante, el paludismo se lo impediría. Luego de algunos meses, Recibió la carta de un pariente, qué vivía en Lima, dónde le comunicaba que era posible su reenganche en el Ejército. En aquel momento preparó su viaje a la capital de la república.

El 1 de septiembre de 1932, cuarenta y ocho pobladores peruanos de la localidad de Caballococha, Chimbote y Ramón castilla, desconociendo el tratado Salomón- Lozano, recuperan Leticia, desalojan las autoridades colombianas e izan nuestra bandera nacional. La noticia conmueve al país.

Entonces, Lores se presentó en Lima a la Jefatura Territorial de la II región, solicitando ser dada de alto como reenganchado. Fue el primer voluntario que se presentó para marchar al frente. El 1 de octubre debían enrolarse, pero el paludismo lo obligó nuevamente a guardar cama. Recupera su salud, se reincorporo al Ejército a inicios de 1933, reconociéndose  el grado de Sargento 2°.

En febrero de ese año viaje a Iquitos, dónde fue internado en el hospital de dicha ciudad por otro ataque de paludismo. Luego de despedirse emotivamente de su madre, se embarcó en la lancha «Clavero» rumbo a Pantoja. El 20 de febrero se organizó el teatro de operaciones del Norte – Oriente y el sargento Lores, junto al Batallón mixto N° 23, por trocha a güeppí.

El 26 de marzo, fuerzas colombianas compuestas de 1550 hombres atacaron la guarnición defendida por 190 soldados, ataque por más de 5 horas. Nuestro héroe, parapetado en un pequeño fortín desafío con admirable resolución y energía las balas de cañonera enemiga qué intentaba desalojarlos de su puesto. Uno a uno murió sus compañeros de aquella heroica defensa, hasta quedar solo el sargento Lores. Herido, continua la defensa de su trinchera y no se amilana.

Rompe un pedazo de su camisa, retazos que se coloca debajo de la cintura para detener la sangre que salía a por borbotones de la herida; sale de la trinchera para hacerle frente al enemigo cambiando constantemente de posición hacerle creer que eran muchas las ametralladoras que defendían el suelo patrio. Otros proyectiles perforaron su cuerpo, más su alma enhiesta se resiste a rendirse, arrastra y sigue disparando. Rodeado por el enemigo, sin fuerzas y sin cartucho que disparar. Lores no se doblegó ni en la agonía, en el umbral inmenso de la muerte tuvo a un coraje para rechazar la mano del medido colombiano que trato de tomarle el pulso, muere lanzando un sublime ¡Viva el Perú!

El Héroe de Guepi Sgto 2do Fernando Lores Tenazoa

El 24 de junio de 1933, publicó la citación N°5 del Comandante de las fuerzas del Nor-Oriente «para que oficiales y clases inspiren sus actos en el heroísmo del sargento Lores, que ha sabido continuar las gloriosas tradiciones del Ejército Nacional su arrojó admiración de los colombianos el teniente Juan Lozano digo de la acción heroica de nuestro Heroico sargento Lores Tenazoa, «dice… regresó a su pueblo por un camino más corto que aquel que lo llevó a la frontera. Volvió en las alas de la gloria, rumbo a la inmortalidad».

La trascendencia del heroico sacrificio de sargento 2° Fernando Lores Tenazoa determino que por Resolución Ministerial N°0223-76 GU/SJEM, del 1 de febrero de 1977, la Escuela del Ejército lleve su nombre. Su institucionalización publica se llevó a cabo el 26 de julio de 1977, en la ceremonia de graduación de Suboficiales del Curso de Formación, la clausura del Sexto Curso de Reenganchados para reclasificarse como Personal Auxiliar y la clausura del Semestre Académico 1977 de la Escuela Técnica del Ejército. Este mismo día se materializo dicho acto por medio de la develación del monumento, perennizando en el bronce histórico, la bizarría y pundonor de Fernando Lores Tenazoa

El General de división, Ministro de Guerra y Comandante General del Ejército, Guillermo Arbulu Galliani y la señora Delia Lores de Torres, hermana del héroe del 1933, develaron el monumento del Patrón de la Escuela. En el discurso de orden, el Director de la misma, el coronel Francisco Olivera manifestó: “A dios y a los héroes se les habla de tú, porque su grandeza los pone lejos de cualquier suspicacia de nosotros los mortales. Hoy llega a esta Escuela, perpetuada en bronce tu ínclita figura a los cuarenta años de tu heroica muerte, para servir de eterno ejemplo a las generaciones de jóvenes que aquí se educan.”

Por ello, es compromiso de todo aquel que ingresa a la Escuela Técnica del Ejército, ya sea como director, instructor o alumno, imitar la vida ejemplar de Fernando Lores Tenazoa y sobreponiéndose a la fatiga, la adversidad, y al amparo de su ejemplo, llegar incluso al sacrificio en el cumplimiento del deber.

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